Un primer plato de lo más tradicional.
Típico de mi
tierra. Lo recuerdo desde que tengo uso de razón.
Muy fácil de hacer, económico y con
poquitos
ingredientes.
Cierto que al leer acelga o espinaca,
muchos se echarán
para atrás, pero yo os pido que le deis una oportunidad
a la
receta.
El sabor de la verdura queda bastante
mitigado y el
plato final, agradable al paladar.
El resultado a tan poco esfuerzo es
estupendo.
Debemos usar verdura muy fresca, igual que
los huevos y
un buen aceite de oliva.
Ingredientes:
- Acelgas o espinacas frescas.
- Huevos.
- Sal.
- Aceite de oliva.
- Cebolla o ajo según el gusto.
- Queso en lonchas o en polvo (opcional).
- Chorizo o jamón troceado (opcional).
Preparación de la receta:
Lavamos muy bien las hojas de acelga o espinacas
después de haberlas separado de las pencas (las de las
acelgas podemos después utilizarlas como berza cuando
hagamos cocido. Limpias y
cortadas se pueden congelar
si no las vamos a usar inmediatamente).
Una vez limpias las espinacas,
las cortamos con unas
tijeras en trozos más pequeños antes de hervirlas, así
nos ahorraremos el tener que machacarlas tanto luego
en la sartén. Las ponemos
en una olla con abundante
agua y un poco de sal y aceite. Las dejamos hervir
hasta
que estén tiernas.
Las pasamos por un escurridor.
En una sartén con un poco de aceite de oliva, freímos o
bien el ajo muy
picadito, o la cebolla igualmente picada
fina, según nuestro gusto.
A medio freír añadimos las espinacas escurridas y
removemos durante un
rato para que se frían bien y se
mezclen con el sabor del ajo. En este proceso
de refreír
y remover, vamos machacando las espinacas con la
paleta para que
queden muy finas.
Probamos las espinacas o
acelgas a ver cómo están de
sal, y en caso de estar sosas, añadiremos un poco
de sal
a los huevos batidos.
Ponemos las espinacas
escurridas y refritas en un bol,
batimos los huevos aparte y después lo
mezclamos todo
bien.
La cantidad de huevos ira en proporción a
las espinacas
que hayamos frito, siempre teniendo en cuenta que el
huevo es
mejor que sobre a que se quede corto, porque
entonces la tortilla quedara muy
seca y nada jugosa.
Cuando tengamos la mezcla de huevos y
espinacas
refritas, ponemos una sartén al fuego con un poco de
aceite. Conviene
que sea una sartén que no esté
estropeada y que sea antiadherente, si la
tortilla se
pega abajo, se romperá y se quemara. La habremos
estropeado.
Bajamos el fuego para que la tortilla se
vaya haciendo
poco a poco.
Ayudándonos de una tapadera, levantaremos
la sartén y
depositaremos la mezcla en la tapa para darle la
vuelta.
Cuando este cocida y tenga un color bonito
la sacaremos
de la sartén ayudándonos de nuevo de la tapadera y la
pondremos en
un plato grande.
A mí no me gusta el exceso de aceite, así
que cuando
escurre un poco, después la cambio a otro plato.
Lista para comer, tanto fría como
caliente, está
deliciosa.
Si la comemos caliente podemos servirla
con pan tostado
con tomate y nuestro rico aceite de oliva.
Nota:
Hay una opción que es añadir a la mezcla
de espinacas
y huevos un poco de pan rallado.
Con esto conseguiremos que la tortilla sea
más
compacta y que el sabor de la verdura se mitigue un
poco.
Si nos gusta con el queso, bien en lonchas
o en polvo, lo
añadiremos también a la mezcla con los huevos.
También podemos refreír junto a las
espinacas y el ajo o
la cebolla, chorizo, jamón…a gusto del consumidor.
Espero os resulte útil. Si tenéis alguna
duda o
comentario estaré encantada de leerlo.
Tiempo de elaboración: bajo.
Dificultad: baja.
SI TE HA GUSTADO COMPÁRTELO¡¡¡
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