Este es otro de los
platos muy antiguos en nuestra gastronomía. También de los más sencillos y más
humildes, por eso se ha cocinado repetidamente desde hace mucho tiempo.
Antiguamente asociado
a la Semana santa, era casi de obligado cumplimiento prepararlo en esas fechas.
Para que sustituyese a la carne que no se debía comer en esos días.
Hoy en día y en los
pueblos, aun hay muchos hogares donde se mantiene esa tradición.
Podemos prepararlas
con espinacas o con acelgas. Yo me inclino por estas últimas.
Ingredientes:
Espinacas o acelgas.
½ Cebolla.
4 Ajos.
1 hoja de laurel.
Aceite.
Sal.
Pimienta molida.
Pimentón dulce.
Comino molido.
Colorante.
Tomate triturado.
Garbanzos cocinados
en el cocido.
Preparación de la receta:
Cortamos la cebolla
en trozos no muy pequeños ya que luego la vamos a triturar.
Pelamos los ajos y
reservamos uno para después triturarlo crudo.
Freímos en abundante aceite (las acelgas o espinacas son muy secas) la
cebolla y tres ajos, sacar, y reservar.
Lavamos muy bien las hojas de acelga o espinacas después de haberlas
separado de las pencas (las de las acelgas podemos después utilizarlas como
berza cuando hagamos cocido. Limpias y cortadas se pueden congelar si no las
vamos a usar inmediatamente)
Una vez limpias las espinacas,
las cortamos con unas tijeras en trozos más pequeños antes de hervirlas, así
nos ahorraremos el tener que machacarlas tanto luego en la sartén.
Las ponemos en una olla con abundante agua y un poco de sal y aceite.
Las dejamos hervir hasta que estén tiernas.
Las pasamos por un escurridor reservando el caldo de hervirlas.
Echamos las espinacas en el aceite de haber frito la cebolla y los
ajos. Con una paleta las vamos machacando hasta que se queden más finas.
Añadimos una pizca de pimienta molida, según nos guste el picante. Todo esto a
fuego lento o medio.
También pimiento molido abundante, para que les de color. Al mismo
tiempo que el pimiento molido, incorporamos una caja pequeña de tomate
triturado para que no se queme el pimiento molido. También la sal y la hoja de
laurel.
Trituramos la cebolla y los ajos fritos con el ajo crudo. Lo
incorporamos a las espinacas con una pizca de colorante.
Añadimos media cucharada de comino molido y los garbanzos que
previamente habremos cocinado otro día en el cocido y que teníamos congelados.
Removemos todo bien. Diluimos una cucharada sopera de harina en un poco
de caldo de hervir las espinacas y la
añadimos a la sartén.
Removemos bien y añadimos un poco más del caldo de hervir.
Dejamos hervir un buen rato, rectificamos de sal y apartamos cuando
estén tiernas.
Podemos servirlas como un primer plato o bien como guarnición de carnes
o pescado.
Tiempo
de elaboración: Medio.
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