Un segundo plato muy fácil de hacer, un poco laborioso, pero con
muy buen resultado.
Casero a más no poder, se remonta a muchos años atrás.
Esta forma de preparar el bacalao es ideal para que los niños
coman pescado y no protesten.
El resultado es una albóndiga muy jugosa ideal también para
personas mayores.
Podemos cambiar el bacalao por otro pescado que guste mucho
en casa y así siempre acertamos.
Ingredientes:
- 400 gr. de bacalao seco.
- Perejil.
- 2 dientes de ajo.
- 1 cebolla mediana.
- 6 cucharadas de pan rallado.
- Harina.
-4 huevos.
- Sal.
- Pimienta molida.
- Aceite de oliva.
- Una copa de vino blanco.
- 1 pimiento rojo.
Con estos ingredientes yo cocine y
conseguí 19 albóndigas.
He de decir que al estar macizas sacian bastante.
Preparación de la receta:
Ponemos el bacalao en un bol cubierto con agua fría y lo tenemos
en remojo al menos 24 horas. Le cambiamos el agua tres o cuatro
veces en ese tiempo.
Cuando vayamos a elaborar el plato, escurrimos el bacalao, le
quitamos las pieles y espinas y lo desmenuzamos bien.
Batimos los huevos en un bol como para tortilla. Añadimos un
diente de ajo pelado y troceado pequeño.
Una cucharada de perejil picado, seis cucharadas de pan rallado
(o miga de pan si lo prefiere), sal y pimienta.
La cantidad de pan rallado puede variar según la consistencia
que tenga la masa.
Incorporamos el bacalao desmenuzado y mezclamos bien hasta
conseguir una masa con la que se pueda trabajar, compacta, de la
que después haremos las albóndigas. Dejamos reposar un par de
horas, y si es de un día para otro mejor aún.
Hacemos las bolas con las manos dándole forma redonda y
pasándolas por harina.
Las freímos en sartén o freidora por tandas hasta que estén
doradas por todos lados.
Después las ponemos a escurrir en un escurridor para que
suelten el aceite.
Una vez escurridas las pasamos a una olla o cacerola.
Pelamos el otro diente de ajo y lo machacamos en un mortero con
un poco de perejil.
Incorporamos agua para que ligue bien.
Pelamos la cebolla y la cortamos menudita.
En una sartén con tres cucharadas de aceite, rehogamos la
cebolla hasta que estés transparente.
Añadimos una cucharada de harina, damos unas vueltas y le
añadimos el vino, agua a discreción y el majado. Cortamos el
pimiento en tiras y lo agregamos también a la sartén hasta que se
pongan un poco tiernos, luego terminaran de hacerse en la olla
con las albóndigas.
Echamos todo sobre las albóndigas.
Tapamos y dejamos cocer a fuego suave unos veinte minutos.
La cantidad de agua ha de ser la suficiente para que cubra un
poco las albóndigas y cuecen al menos veinte minutos sin pegarse
a la olla (hemos de tener mucho cuidado porque al tener harina
es muy
fácil que se pegue al fondo).
Si no queremos añadir agua solo, y para darle más sabor,
podemos diluir en el agua una pastilla de caldo de pescado.
Para no romper las albóndigas que son muy tiernas, movemos la
olla con movimientos de vaivén.
Dejamos que las albóndigas se pongan tiernas y el caldo se
reduzca hasta convertirse en una salsa de un sabor exquisito,
pero no demasiado espesa.
Servimos bien caliente.
Espero os resulte útil. Si tenéis alguna duda o comentario estaré
encantada de leerlo.
Tiempo de elaboración: medio.
Dificultad: baja.