Un segundo plato muy fácil de hacer, con
poca elaboración.
En una época normal que el pollo no esté
demasiado caro, hasta resulta económico.
Como decía es fácil de hacer si nuestro
carnicero nos facilita la labor y nos da ya las pechugas limpias y preparadas.
Una forma de comer pollo un poco más
original. Resulta tierno y jugoso, por lo que es ideal para niños.
Podemos servir las pechugas con cualquier
ensalada, con verduras, o con las socorridas patatas fritas. Depende de cuantas
calorías queramos añadirle a la carne.
Ingredientes para 4 pax:
- 3 pechugas de pollo.
- 3 lonchas de jamón de york o jamón serrano.
- 1 Cebolla.
- 2 huevos.
- 200 ml de nata.
- 1 taza de agua o caldo.
- Sal
- Aceite de oliva.
- Pan rallado.
- Harina.
Preparación de la receta:
Las pechugas las tendremos ya abiertas y aplastadas porque lo habrá hecho
el carnicero.
Sazonamos con sal ligeramente.
En medio de cada una meteremos una loncha de jamón.
Cerramos con un palillo.
Rebozamos en harina, huevo batido y finalmente pan
rallado.
Freímos y reservamos. Yo suelo freírlas en la freidora porque se hacen
mejor.
En una sartén freímos la cebolla bien picadita. Dejamos hasta que se ponga
doradita.
Añadimos el caldo o agua y colocamos de nuevo las pechugas.
Dejamos cocer unos 30 minutos dándoles la vuelta con cuidado de no romper
el rebozado.
Sacamos las pechugas y las colocamos en la fuente donde las vayamos a
llevar a la mesa.
En la cazuela donde teníamos las pechugas, añadimos la nata y removemos a
fuego lento hasta que espese.
Echamos esta salsa sobre las pechugas y servimos acompañadas de unas
rodajas de limón.
Se me hace la boca agua.
Espero os resulte útil. Si tenéis alguna
duda o comentario estaré encantada de leerlo.
Tiempo de elaboración: medio.
Dificultad: baja.
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