Un delicioso segundo plato de carne. Si bien es cierto que destinado a
paladares que aprecien la carne.
La carne del conejo
tiene un toque especial, que o gusta o no gusta.
Según la temporada no suele
ser muy caro el conejo.
Un consejo muy
antiguo: si te gusta el ajo pero no sus posteriores efectos, corta el ajo a lo
largo y quítale la semilla que tiene en el centro.
Si pones el conejo
a macerar en leche durante 24 horas, quedará después muy jugoso.
Ingredientes:
Un conejo a trozos, aceite
de oliva, 1 cabeza de ajos, vino, 1 tomate, pimienta molida y sal.
Preparación de la
receta:
Al conejo troceado
le añadimos sal y pimienta.
Pelamos el tomate, lo cortamos a trozos y
trituramos.
Pelamos
los ajos.
En la olla rápida ponemos el aceite y los freímos enteros hasta que empiecen a dorarse.
Los retiramos
del aceite y los reservamos.
En el mismo aceite de
freír los ajos, echamos el conejo y lo doramos por todas partes.
Añadimos el tomate, el
vino e incorporamos los ajos fritos.
Añadimos un poco de
agua caliente o caldo.
Tapamos
y dejamos al fuego lento entre quince y veinte minutos según sea de duro el conejo, cuanto
más joven más tierno.
Cuando la olla nos lo permita, la abrimos,
comprobamos que la carne esté tierna, la
ponemos de nuevo al fuego lento sin tapar.
Después ya solo emplatar y listo.
Podemos servir
con guarnición de verdura o patatas fritas, al gusto.
Espero os haya gustado.
Cualquier duda, consultar.
Tiempo
de elaboración: Bajo.
Dificultad: baja.
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